Como dice Groucho Marx (en realidad yo lo escuché de Woody Allen), no podría pertenecer a un club en el que me admitieran como socio(a). Puede sonar estúpido o sin sentido, pero ha cobrado valor durante los últimos días, tomando en cuenta los acontecimientos. Y cobra más sentido aún cuando la admisión es casi un ruego de pertenencia, una introyección destructiva como cuando el gusano se come la manzana. No creo en Melanie Klein y sus teorías enfermas sobre los niños, pero ojo, en niños. El gusano -y no el gusanito- si puede ir queriendo incorporar toda la manzana con avidez, queriendo destruirla. Yo sí conosco a Descartes, a Aristóteles y a los demás, no necesito un tutor que me mire desde un estrado y me enseñe, amablemente, todo lo que debería saber de ellos (lo que debería saber según quién). No me agrada mirar hacia arriba, no lo hago ni siquiera en plegarias, menos lo haría siendo lo observado tanto como yo. Tanto o tan poco. Hay una especie de latifundismo que aún sigue encarnado en algún tipo de chilenos, recuerda nena, somos todos iguales, pero algunos... algunos somos más iguales que otros.
El monólogo de Alvy Singer es estupendo.
"... y recordé aquel viejo chiste, aquel del tipo que va al psiquiatra y le dice:
- Dr. mi hermano está loco, cree que es una gallina.
Y el médico le dice:
- pues ¿porqué no lo mete en un manicomio?
y el tipo le dice:
- lo haría, pero necesito los huevos.
Pues eso es más o menos lo que pienso sobre las relaciones humanas, saben? Son totalmente irracionales, locas, absurdas... pero supongo que continuamos manteniéndolas porque, la mayoría, necesitamos los huevos..."
Annie Hall, Woody Allen.
4 comentarios:
Interesante. Leí la mayoría de los posts anteriores, no te mentiré diciendo que todos u.u
Decirte que me alegra encontrar personas como vos ? No, te estaría mintiendo, pero no deja de ser una sensación agradable, muy parecida al alivio.
Gracias por darme, con lo que escribís, un respiro en una marea de fotologs sin sentido.
Qué recuerdos! Un mágico, a veces angustiante final. Un termómetro.
Tomás
Después de mis encuentros suspicaces con el alcohol en la madrugada de un día viernes, algo atontado - pero sobrio- me arrimo al teclado con el deseo de satisfacer mis ganas de escribir algo que no tenga relación con mi día. Se trata de salir de todas las películas que día tras días me dejan la cabeza más cuadrada y más... eehmm... ¿llena de esperanzas chistosas que llenen un vacio? (como un matrimonio por ejemplo)
Simplemente abro los ojos, recuerdo que en los marcadores (o favoritos) existe esta página, y me dispongo a leer lo que encuentre. Chistosamente al instante se me aparecen Woody, Annie Hall, Beatriz y Alvy (Me salto a Marx pq estoy casi un 87% seguro de que la tan citada frase es un invención de Allen que simula una expresión de Marx. Por ende, chaooo marx), cuatro participantes de una historia conformada por recuerdos inconexos que -según yo- tiene mucho sentido llenador. Aún creo en esos milagros de Allen ¿cuáles? No lo sé aún, pero dicen que la esperanza es lo último que se pierde. Lo que según este señor sería como decir "El matrimonio es el fin de la esperanza", y en mis palabras sería como: cualquier cosa con nombre, sentido, o que tenga algo armado y notoriamente distinguido que llene vacios, es el fin de la misma.
Ojo, las esperanzas son de Alvy Singer. Y ha sido destruidas por su propia cita.
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