miércoles, 11 de junio de 2008

Delpy



"Jack creía que le rechazaría si le conocía de verdad, si se desnudaba frente a mí. Se había dado cuenta de que no me conocía, ni yo a él. Para amarnos de verdad debíamos saber la verdad, incluso si era dura.
Le dije la verdad, que no le había engañado. Y que había visto a Mathieu por la tarde. No se enfadó conmigo porque no había pasado nada. Le dije que me costaba mucho decidir cuando una relación era definitiva, cuando era la buena, cuando me quedaría con alguien para siempre. Me costaba quedarme, hacer que funcionase, prefería salir corriendo al primer problema.
Le dije que no podía estar con un solo hombre toda mi vida. Era mentira, pero lo dije de todas formas. Me preguntó si me creía una ardilla, si guardaba a los hombres para el invierno. Me pareció muy gracioso.
Entonces dijo algo que me hirió. El tono cambió de golpe. No entendí lo que decía, creí que ya no me amaba y que quería terminar.
Siempre me ha fascinado ver cómo se pasa de amar locamente a la nada.
Duele mucho.
Cuando siento que van a dejarme, tiendo a terminar antes de oírlo todo.

Ya está.
Uno más, uno menos.
Otro amor malogrado.
A este le quería de verdad.

Cuando pienso que se acabó, que nunca volveré a verlo... Quizá nos encontremos con nuestras nuevas parejas, como si nunca hubiese habido nada. Cada vez pensaremos menos el uno en el otro, hasta que nos olvidemos del todo, casi.
Para mí siempre es igual, rompo, me derrumbo, bebo y ligo. Conozco a un tipo, a otro,
follo, olvido al de verdad.
Después de unos meses de vacío, vuelvo a buscar el amor. Lo busco con desesperación. Al cabo de dos años de soledad, conozco otro amor y juro que es el definitivo. Hasta que también se acaba.
Llega un momento en que no se puede con otra ruptura.
Aunque te saque de quicio el 60% del tiempo, no puedes vivir sin él. Y aunque te despierte cada día estornudándote en la cara, sus estornudos significan más que los besos de cualquiera."


Monólogo final de "Dos días en París" de Julie Delpy.



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