Al hombre sin aspiraciones que no espera de la vida más que una tarde frente a la televisión con una cerveza en la mano.
miércoles, 18 de junio de 2008
lunes, 16 de junio de 2008
Porque caminamos por la calle buscando desconocidos, a veces te paras en una luz roja, miras al de al lado y le dices: "hey, I'm your stranger!".
Que te quieran por necesidad no es lo mismo que te quieran, lo siento. Y Annie hall quedará para después.
Esto es sólo Closer y no tiene relación con la vida real.
miércoles, 11 de junio de 2008
Delpy
"Jack creía que le rechazaría si le conocía de verdad, si se desnudaba frente a mí. Se había dado cuenta de que no me conocía, ni yo a él. Para amarnos de verdad debíamos saber la verdad, incluso si era dura.
Le dije la verdad, que no le había engañado. Y que había visto a Mathieu por la tarde. No se enfadó conmigo porque no había pasado nada. Le dije que me costaba mucho decidir cuando una relación era definitiva, cuando era la buena, cuando me quedaría con alguien para siempre. Me costaba quedarme, hacer que funcionase, prefería salir corriendo al primer problema.
Le dije que no podía estar con un solo hombre toda mi vida. Era mentira, pero lo dije de todas formas. Me preguntó si me creía una ardilla, si guardaba a los hombres para el invierno. Me pareció muy gracioso.
Entonces dijo algo que me hirió. El tono cambió de golpe. No entendí lo que decía, creí que ya no me amaba y que quería terminar.
Siempre me ha fascinado ver cómo se pasa de amar locamente a la nada.
Duele mucho.
Cuando siento que van a dejarme, tiendo a terminar antes de oírlo todo.
Ya está.
Uno más, uno menos.
Otro amor malogrado.
A este le quería de verdad.
Cuando pienso que se acabó, que nunca volveré a verlo... Quizá nos encontremos con nuestras nuevas parejas, como si nunca hubiese habido nada. Cada vez pensaremos menos el uno en el otro, hasta que nos olvidemos del todo, casi.
Para mí siempre es igual, rompo, me derrumbo, bebo y ligo. Conozco a un tipo, a otro,
follo, olvido al de verdad.
Después de unos meses de vacío, vuelvo a buscar el amor. Lo busco con desesperación. Al cabo de dos años de soledad, conozco otro amor y juro que es el definitivo. Hasta que también se acaba.
Llega un momento en que no se puede con otra ruptura.
Aunque te saque de quicio el 60% del tiempo, no puedes vivir sin él. Y aunque te despierte cada día estornudándote en la cara, sus estornudos significan más que los besos de cualquiera."
Le dije la verdad, que no le había engañado. Y que había visto a Mathieu por la tarde. No se enfadó conmigo porque no había pasado nada. Le dije que me costaba mucho decidir cuando una relación era definitiva, cuando era la buena, cuando me quedaría con alguien para siempre. Me costaba quedarme, hacer que funcionase, prefería salir corriendo al primer problema.
Le dije que no podía estar con un solo hombre toda mi vida. Era mentira, pero lo dije de todas formas. Me preguntó si me creía una ardilla, si guardaba a los hombres para el invierno. Me pareció muy gracioso.
Entonces dijo algo que me hirió. El tono cambió de golpe. No entendí lo que decía, creí que ya no me amaba y que quería terminar.
Siempre me ha fascinado ver cómo se pasa de amar locamente a la nada.
Duele mucho.
Cuando siento que van a dejarme, tiendo a terminar antes de oírlo todo.
Ya está.
Uno más, uno menos.
Otro amor malogrado.
A este le quería de verdad.
Cuando pienso que se acabó, que nunca volveré a verlo... Quizá nos encontremos con nuestras nuevas parejas, como si nunca hubiese habido nada. Cada vez pensaremos menos el uno en el otro, hasta que nos olvidemos del todo, casi.
Para mí siempre es igual, rompo, me derrumbo, bebo y ligo. Conozco a un tipo, a otro,
follo, olvido al de verdad.
Después de unos meses de vacío, vuelvo a buscar el amor. Lo busco con desesperación. Al cabo de dos años de soledad, conozco otro amor y juro que es el definitivo. Hasta que también se acaba.
Llega un momento en que no se puede con otra ruptura.
Aunque te saque de quicio el 60% del tiempo, no puedes vivir sin él. Y aunque te despierte cada día estornudándote en la cara, sus estornudos significan más que los besos de cualquiera."
Monólogo final de "Dos días en París" de Julie Delpy.
domingo, 8 de junio de 2008
república
Desde lejos, no mucho, desde unos cuantos metros como para poder reconocerte sin anteojos. Camino sin escuchar lo que digo, sin pensar lo que hago, sólo esa barba crecida. Sigo moviendo las manos y hablando tan elocuentemente como puedo, sonriendo, como lo hacía antes de que te toparas con mis ojos. Evidentemente no sonrío de verdad, pienso que tal vez mi gesticulación es algo exagerada, pero que es bueno que me hayas visto sonreír. Así es mi vida hasta que tropiezo contigo (y con algunos otros), y como dice esa canción, porque ya estoy pasada a Drexler, aún le tengo miedo a tenerte delante. En todo caso he independizado a Jorge, ya no significa más que él, lo cual es bastante.
Por otro lado pienso que soy idealmente garabatera, dejo marcas en las pantallas ajenas, robo libros y cajitas para marihuana, soy la digna muestra de la mujer actual, soy un éxito. Doy respuestas melodramáticas, lo sé, sé también que en algunas ocasiones adopto lo peor del cine independiente, hablo pausado, otras veces demasiado rápido, se desforma mi cara cuando rio a carcajadas y camino a casa un sábado en la mañana sin problemas después de una noche de parranda, no necesito que nadie me invite y menos un chofer que me rescate. Joe Wright hazme (el amor) película y juro que seré el mejor guión.
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