jueves, 5 de febrero de 2009

Día de furia

Sólo puedo decir que el tiempo pasa demasiado rápido, que la memoria es frágil y que incluso a veces olvidamos a propósito puedo decir que murió mi perro que él encontró a otra y que yo quise irme al cielo (cuando niña) tuve otro perro y también murió, lo compraron para consolarme por el primer perro muerto, pobre niña con mala suerte, de todas formas ahora sirve para mi propia burla y para hacer una oración interminable yo he conocido a más gente de la que me hubiese gustado, también tengo una lista de nombres, al igual que Alfredo (quien dice que yo soy de las más lindas y venenosas) sólo que yo no juego -tanto- y creo ser un poco más responsable, al menos nadie sale herido porque ninguno de esos nombres pasa sus ojos por mis letras al menos nadie sale odireh al menos nadie elas odireh al menos eidan elas odireh al sonem eidan ales odireh la sonem eidan ales odireh
odireh elas eidan sonem la
herido sale nadie menos al
y caminamos avanzamos hacia la curvatura para volver al mismo lugar desde donde partimos, quizás un poco más al sur que donde partimos, ojalá más al sur
vamos a caminar por quizás cuantos lugares con nuestras cabezas rapadas sin que le importemos a nadie, al menos a varios -cientos, miles- kilómetros a la redonda, al final del viaje creo que estaremos más flacos y cansados, las ganas de volver se convertirán en necesidaes fisiológicas, tendremos hambre y necesitaremos de mucha lluvia y tardes frente a la chimenea, de caminatas mojadas y piqueros en aguas congeladas, todo para tener historias que contrar, tal vez historias que escribir (en realidad sólo para comprobar lo felices que somos en este lugar).